Hoy nos habían invitado a cazar por la mañana en un coto a
una hora de Madrid pero como el sábado les cebamos tarde y no daban buen tiempo
decidimos, para evitarnos sustos, dejarlo para otro dia. Al medio dia les
pesamos y como no estaban mal de peso decidimos volarlos a primera hora de la
tarde.
Lanzamos primero a la hembra para ver como se portaba y
evitar que el macho se fuera a sus cabras como el dia anterior y creo que
acertamos por que se portaron muy bien, la hembra encierra a una urraca y
cuando se la sacamos lanzamos al macho que ya se queda con nosotros todo el
lance.
Estuvimos mucho tiempo sacando a la urraca en multitud de
ocasiones la cual se iba de árbol en árbol burlando el continuo ataque de los
halcones que estaban muy centrados, la hembra se volvió a posar (incluso en el
coche de apoyo en movimiento). La llegamos a tener en una pequeña higuera
aislada de las demás pero la urraca hacia salidas en falso, se iba al suelo,
cintaba sin parar….de ahí a otro grupo de árboles….y a otro, hasta
que al final con los halcones y los halconeros exaustos la urraca se ganó, muy
merecidamente, la vida.
Llegados a este punto decidimos, creo que con mal criterio,
recoger al señuelo y volver a intentar otro lance cuando deberíamos haber
premiado el esfuerzo realizado con una buena gorga y asi también reforzar la
querencia al señuelo…pensamos mas en nosotros que en los pájaros.
En el segundo lance no lo hicimos bien, lanzando desde abajo
en una pequeña vaguada y la urraca traspuso la loma y ya no sabíamos donde
estaba por lo que después de mirar un rato decidimos recoger y marcharnos a
casa con el sabor agridulce de no haber matado pero haber tenido uno de los
lances mas dilatados y divertidos que hemos hecho.
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